
Montse: "En mi casa arreglando una pollera. Las gafas dejó de usarlas al poco tiempo porque recuperó la vista, decía. Fue sastra de joven en Trujillo y creo que incluso trabajó cuando se casó; hizo todos los trajes de condes y señoritos y, por supuesto, de sus hijos. Así se entiende que todos fueran tan elegantes, como se observa en las distintas fotos y épocas.
Al contrario, ella, espartana. Su traje habitual en invierno, la bata de guata, siempre de negro. Jamás se lavó el pelo, ni los dientes, en serio!
Su memoria era mítica y, claro, su frustración, no haber podido estudiar como doña Antonia (la de la botica)."
Su devoción y novenas a Santa Rita también eran bien conocidas en el barrio; hacía la competncia al párroco!